Si hay alguien que haga mucho que no visite al circo para maravillarte con las proezas de malabaristas y trapecistas o reír con los siempre divertidos payasos, seguro que después de escuchar a Ángel Sartí sale corriendo a buscar entradas para el circo más cercano.
Ha vivido el circo desde dentro, primero como acróbata y después como titiritero, de hecho se presenta afirmando "Sartí como equilibrista y Ángel como marionetista".
Su amor por este mundo comenzó muy pronto cuando tenía alrededor de 13 gracias a un familiar. Un tío suyo era músico en Circo Price sí, "a pesar del pánico que me daban las fieras me empezó a entrar el gusanillo".
Decidió cambiar de acróbata a titiritero con casi 40 años, "las fuerzas, ya estaban aflojando" explica. Con la idea de montar un número que durara más tiempo, compró un teatrillo pequeño de segunda mano a un amigo y comenzó a hacer títeres para niños.