El Real Madrid empató en su visita al Villarreal (0-0) en un partido con dos partes muy diferenciadas: una primera donde dominaron los locales y otra segunda en la que los blancos perdonaron a su oponente con dos balones a la madera, dando vida a un Sevilla que se queda a cuatro puntos del liderato de la Liga Santander.
El equipo merengue -que suma cinco visitas consecutivas empatando en La Cerámica- jugó al trantrán durante el primer acto para sobrevivir al hambre del Submarino Amarillo, pero cambió el chip en el descanso y lideró el juego con un Vinicius más vertical que nunca y con un Bale que estuvo a punto de llevarse el Goya al mejor actor revelación. El galés volvió a ser titular 168 días después contra todo pronóstico.