Fernando Torres se despidió en el Wanda Metropolitano del Atlético de Madrid y de su afición. Deja la que ha sido su casa y al equipo de su corazón con los dos tantos del empate ante el Eibar.
Sus compañeros y el cuerpo técnico le hicieron un pasillo al final del partido y desplegaron una camiseta gigante con su número en el estadio. Una despedida cargada de sorpresas y de emoción.
El Niño Torres no pudo evitar las lagrimas en su discurso ante la afición colchonera, De Niño a Leyenda.