Te contamos cómo el clásico FC Barcelona y-Real Madrid y el fútbol pueden unir o enfrentar pueblos.

Te contamos cómo el clásico FC Barcelona y-Real Madrid y el fútbol pueden unir o enfrentar pueblos.

Hablamos con Henrique Zimerman, corresponsal de La Vanguardia en Israel. El deporte, la principal terapia de Guilad Shalit para intentar olvidar sus cinco años de cautiverio (2006-2011) a manos del grupo integrista Hamas en Gaza, parece volverse contra el ex soldado israelí. Y todo por el Clásico que disputarán los dos grandes del futbol europeo el próximo 7 de octubre en el Camp Nou. Tras asistir a la final de la Eurocopa, los Juegos Olímpicos de Londres, la final de la NBA y varios partidos del Maccabi Tel Aviv de baloncesto, Shalit tiene previsto (aún) ver a su equipo de fútbol favorito, el F.C.Barcelona ante el Real Madrid. No sólo como aficionado que por razones obvias se perdió los años de gloria bajo la batuta de Pep Guardiola sino también como comentarista deportivo del diario israelí Yediot Ajaronot.

Tras recibir la petición de un ex ministro israelí, la directiva del Barcelona le dio todas las facilidades para estar en el campo. Nada más conocerse que el club catalán le había invitado, grupos propalestinos en España lanzaron una campaña para evitar su llegada. Ante las advertencias en las redes sociales del grupo Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) sobre actos de protesta durante su presencia en Barcelona, Shalit, de 26 años, no hace declaraciones. En su entorno, sin embargo, han confirmado que tiene intención de ir al Camp Nou. “No teníamos ni idea. Esperemos que no pase nada. Guilad sólo quiere ver un partido de futbol entre dos grandes equipos y no tiene nada contra los palestinos pese a que estuvo secuestrado. Confiamos en las fuerzas de seguridad israelíes y españolas”.

La emisora de radio de Hamas en Gaza-La Voz de Al Aksa- ha decidido no emitir noticias sobre el Barcelona como señal de protesta. El responsable de Deportes de la emisora, Ahmed Abu Diab, lamenta “el silencio” sobre los presos palestinos en las cárceles israelíes y pregunta: “Porque no invitaron al preso y jugador de fútbol internacional Mahmud Al Sarsak ya liberado tras estar en huelga de hambre más de 90 días”. Sarsak estuvo en la cárcel bajo la llamada y polémica “detención administrativa”, es decir sin imputarle cargos o ser llevado a juicio.

La Asociación de Presos palestinos en Gaza acusa al soldado cautivo en la Franja durante 1491 días de “asesino”. “La invitación a Guilad Shalit es una nueva tapadera para tapar los crímenes sionistas con el argumento del deporte. ¿Cómo es posible que un respetado club deportivo que defiende la cultura y humanidad, invita a un asesino y criminal como Shalit para recibirle con todos los honores?”. Fuentes diplomáticas israelíes responden: “Israel no tiene nada que ver con esta invitación y este asunto que es privado pero ¿Cómo se puede comparar la situación de un joven secuestrado que durante más de cinco años no recibió una sola visita de la Cruz Roja Internacional con la de presos palestinos que han matado a tantos civiles y reciben visitas?”.

El Barça, unión entre israelíes y palestinos

En los últimos años, el Barcelona se ha convertido en el equipo favorito en territorio israelí y palestino. Si hay algo que tienen en común los niños de ambos pueblos es su llevar las camisetas del Barça y celebrar los goles de Leo Messi. De ahí que este asunto provoque sentimientos encontrados. El vicepresidente del Barça, Carles Vilarrubí confirmó la presencia de Shalit pero aclaró que no fue invitado sino que el club aceptó la petición para asistir. “El Barcelona es un punto de encuentro y no de enfrentamiento”, declaró al programa 'Primer Toc' de la emisora catalana RAC 1.

El 25 de junio del 2006, el cabo Shalit, de 19 años y doble nacionalidad (israelí y francesa), fue capturado en un ataque de tres grupos armados palestinos contra la base de Kerem Shalom en Israel, cerca de la frontera con la Franja. Tras cinco años, con negociaciones, operaciones militares israelíes como la del 2008-2009 (1400 palestinos muertos) y el lanzamiento de misiles contra las poblaciones del sur de Israel, Hamas e Israel llegaron a un acuerdo. El "Canje Shalit" fue pactado hace un año con la mediación egipcia. A cambio del soldado, el Gobierno de Benjamin Netanyahu liberó en dos tandas a 1027 presos palestinos. El acuerdo fue muy polémico en Israel donde pese a que Shalit era un símbolo no todos aceptaron el número ni tampoco que 280 de los presos liberados cumplían cadena perpetua por atentados mortales en las calles israelíes.

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