El Palacio de Santa Cruz, actual sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, guarda los archivos de una de las etapas más tristes en nuestra Historia. La periodista Isabel San Sebastián nos cuenta esta fascinante historia. Durante el Holocausto hubo muchos diplomáticos y funcionarios españoles destinados en países ocupados por los nazis que salvaron la vida de un gran número de judíos.
El más famoso de todos es Ángel Sanz-Briz, el Ángel de Budapest. Fue un diplomático español destinado en Hungría durante la Segunda Guerra Mundial que salvó la vida de cinco mil judíos húngaros corriendo gran riesgo. Sanz-Briz y otros diplomáticos proporcionaron visados y pasaportes a unos diez mil judíos perseguidos. Se amparaban en un decreto firmado el general Primo de Rivera ¡en 1924! El decreto decía que cualquier persona en condiciones de demostrar una ascendencia sefardí podría recuperar la ciudadanía española con todos los derechos. Aquellos diplomáticos ocultaban que este decreto había sido derogado en 1931, durante la II República, pero los nazis no sabían que ya no estaba en vigor.