En la calle Don Pedro hay una placa que recuerda que aquí nació una de las mujeres más queridas y recordadas de Madrid, la gran Lina Morgan. Una mujer que ha llevado la comedia en la sangre desde la infancia. Boris Izaguirre nos hace un perfil de esta reina de la interpretación y nos desvela algunas curiosidades de su vida.
La vida de Lina Morgan es una historia de superación. Venía de una familia muy humilde. Su padre era sastre. Su madre ya tenía bastante con cuidar a sus cinco hijos. ¡Cinco!
Lina salía con su hermano pequeño, José Luis, a recoger cartones y botellas para echar una mano en casa o para pagarse el cine. Con solo 13 añitos formó parte de una compañía infantil, Los chavalillos de España, con la que hizo su primera gira. Dicen las crónicas que ya destacaba por su gracia natural. Desde entonces no paró de trabajar hasta el final de su vida. Tenía tanta gracia que hubo un empresario que le pedía que no hiciera la payasa. No quería trabajar con ella "porque se comía a la tercera actriz, a la segunda y hasta a la estrella". No podía evitar brillar.
La primera vez que pisó el teatro de La Latina le dijo a su hermano José Luis: "Alguna vez este teatro será nuestro". Lo lograron. Menuda era ella.