Hay personas que escriben su biografía, y el marqués de Cerralbo nos la cuenta a través de su museo y sus colecciones. El marqués tenía una mirada muy directa, con una expresión relajada y buen talante. No era un tipo que reflejase la edad que tenía, era un chaval muy jovial a los 58 años.
Algo que le caracterizaba, como a cualquier hombre del siglo XIX que proviniese de la alta cuna, era el honor. Esto no era cosa menor. En el siglo XIX, el honor era fundamental y se llegaba a defender en duelos a muerte. Como para ir insultando por ahí...
El amor por la cultura y el ansia de coleccionar fue algo que arraigó en el marqués de Cerralbo desde pequeño. Se decía incluso que, en sus soledades más solas, el marqués llegaba a lamentarse de tener que compartir su tiempo con personas y no con solo objetos. ¡Qué tío!