Érase una vez, en un lugar no muy lejano vivía una princesa, todas las noches antes de dormir leía Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes mientras su cabecera aguantaba los libros de Simone de Beauvoir.
Luchó contra grandes dragones, furiosos gigantes y salvajes serpientes. Nunca se maquilló y se quitó los tacones. Nunca necesitó a nadie para salvarse, lo hizo a sí misma. No comió perdices y sin embargo, fue feliz. Colorín, colorado... el cuento ha cambiado.
Romper con los estereotipos sexistas y de género, las normas sociales y los prejuicios subconscientes para que las niñas dispongan de las mismas oportunidades académicas y profesionales que los niños. Sin duda, la mejor forma para abatir los roles es la educación.
'Érase dos veces', es un proyecto editorial que reescribe los clásicos.
Las princesas quieren ser astronautas, otras biólogas, alguna, periodista y la Sirenita, futbolista.
Los viernes bailarán con Rosalía cambiando el ritmo de la canción.
Las princesas serán reales, sin tapujos ni maquillaje. Quizá, Sabina tenía razón y las niñas ya no quieren ser princesas, o sí, pero serán lo que quieran ser.