Así es la historia de Lili, heredera por sorpresa de un piso en Lavapiés
Una empresa que busca herederos se puso en contacto con ella y sus hermanos para contarles la situación
Foto: Telemadrid |Vídeo: Telemadrid
REDACCIÓN
Hace unas semanas que Lili se enteró de que es la dueña, junto a sus cuatro hermanos, de un piso en el barrio de Lavapiés. Una empresa especializada en encontrar viviendas abandonadas y localizar a sus posibles herederos, se puso en contacto con ellos para contarles la situación.
La noticia sorprendió a todos los hermanos: se habían convertido en herederos legítimos de una vivienda en Madrid. La propietaria había fallecido en 2009 y su hijo siguió viviendo en el piso como usufructuario hasta que falleció en 2017.
Ni los vecinos ni el administrador de la finca sabían a quién podría pertenecer la vivienda a partir de entonces, y fue tapiado para evitar ocupaciones. Una empresa especializada se encargó de localizar a los herederos de este piso de 80 metros cuadrados en Lavapiés: “Empezamos investigando y analizando el árbol genealógico”, señal uno de sus empleados a Está Pasando.
Antes de cerrarlo, el piso fue ocupado de manera ilegal, por eso los vecinos decidieron dar aviso para que localizaran a los propietarios.
Así fue la investigación
La primera pista les lleva a unos primos de la fallecida en Barcelona. Ellos le cuentan que la mujer se había casado dos veces. Del primer matrimonio había tenido un hijo, hermanastro del último inquilino de la vivienda.
Después de este dato no tardaron en dar con Lili y sus hermanos, pero la cosa no iba a ser tan sencilla. Fallecida la madre y sus dos hijos de dos matrimonios distintos, descubrieron que uno de ellos, el padre de Lili y sus hermanos, también se había casado dos veces, y que había tenido una quinta hija de ese segundo matrimonio.
La historia de Lili es dura. Su padre les abandonó cuando ella tenía 9 años y desde entonces había perdido todo contacto con él y con su abuela paterna. Sabe de la existencia de esa otra hermana, pero nunca se han conocido.
“Al principio no teníamos ni idea de quién podía ser la propietaria de ese piso, hasta que después de mucho pensar descubrimos que era de nuestra abuela paterna”, cuenta la propia Lili.
Una historia apasionante que deja un final feliz: a cinco herederos que se llevaran un pequeño pellizco que no esperaban.