Rosa Méndez nos cuenta su historia más cercana. Era sábado, 19 de abril de 2013, cuando su sobrina Raquel de 15 años, se quitaba la vida. Tan solo 24 horas después de denunciar en la comisaría de Policía sobre los mensajes amenazantes que llevaba recibiendo en su teléfono móvil desde hacía unos 15 días:“La impresión fue de que la autoridad no iba a hacer nada. Al día siguiente se suicidó”, cuenta en Está pasando.
“El sistema tiene que saber prevenir y detectar. El agresor solo ha pagado una multa de 2.000 euros como indemnización.” Comenta.
El caso ocurrió en 2013 pero, fue en 2015 cuando se modificó la ley. En la actualidad, el Código penal castiga con penas de tres meses a un año de cárcel o multa de seis a doce meses la difusión de imágenes privadas sin autorización de la persona afectada.
Rosa asegura que “se tiende a minimizar la importancia de pasar una imagen porque vivimos dentro de la cultura de la violación”.