La violencia en el deporte es un serio problema que sigue existiendo en nuestro país y que, lamentablemente, se produce con mucha frecuencia en los campos de fútbol. En la mayoría de los casos, son los propios padres los que adoptan comportamientos violentos sobre los árbitros, los entrenadores o, incluso, sobre los propios hijos.
A través de diversas campañas se intenta concienciar de esta lacra en el mundo del deporte con el fin de erradicarla, sobre todo, por el bienestar de los propios niños.
En la situación que planteamos, unas familias han ido a ver jugar a sus hijos un partido amistoso de fútbol. Uno de los padres empezará a incitar a su hijo a no jugar limpio y a insultar a otros niños durante el partido. ¿Descubriremos a personas maravillosas que no se callen ante esta injusticia?
Nuestro actor, que está en la grada del campo de fútbol, empieza a gritarle a su hijo. “¡Demuestra los que te he enseñado en casa! ¡Vamos! ¡Mete pierna y, si lo tienes que tirar, lo tiras!”. Parece que el resto de padres que están viendo el partido no quieren decirle nada.
Hasta que una madre salta: “Vamos a relajarnos un poquito, que son niños”. Esta mujer ha llamado la atención a nuestro actor por su comportamiento, pero él sigue a lo suyo. Otras dos mujeres saltan para tratar de parle los pies y parte de la grada empieza a marcharse: no quieren aguantar el comportamiento violento de nuestro actor.
“Aquí vienen a jugar, hacer deporte y hacer amigos. Su hijo no está disfrutando ahí y así no va a conseguir que quiera jugar al fútbol”. La grada lo ha tenido claro desde el primer momento y ha recriminado el comportamiento de nuestro actor. Así que salimos a decirles que… ¡Son maravillosos!
Volvimos a repetir la escena en la que nuestro actor incita a su hijo a practicar un juego sucio. “¡Al campo de fútbol se viene a ganar y a ser el mejor!”.
“Y a respetar a los demás también”, le responde un señor de cazadora azul, que intenta que nuestro actor entre en razón. “Haga el favor de animar a su hijo sin insultar a los demás y sin incitar que agreda a nadie”.
Este señor le ha dado una lección a nuestro actor, que sigue con los mismos comentarios. Sin embargo, otro hombre ha tratado de hacerle recapacitar. “Esa actitud no es la correcta. De lo que se trata es de que los chavales disfruten. Está educando mal a su hijo, los valores que le está dando no son los correctos”.
No ha perdido los papeles en ningún momento con nuestro actor, ha intentado hacerle ver que su comportamiento no es deportivo y le ha insistido en que debe cambiar su actitud. Por todo eso salimos a decirle que… ¡Es una persona maravillosa!