Se calcula que existen alrededor de 350 grupos sectarios en España. Los líderes de estas sectas manipulan a sus víctimas con el fin de obtener dinero y poder, pero… ¿Cuál es la forma más habitual de captar adeptos?
En nuestro país, muchos casos de captación son investigados por agencias de detectives. Alicia Lerma, directora de una de ellas, nos explica cuál suele ser el modus operandi de estos grupos: “El método depende de la secta. Empiezan con gente de su edad y van poco a poco, hablándoles y convenciéndoles hasta el punto de desvincularse de todo lo que tenían antes para irse con estas personas”.
Se estima que, actualmente, las sectas tienen captadas a unas 400.000 personas en España. “Normalmente es gente joven que saca muy buenas notas y que son brillantes, con una educación y un comportamiento muy buenos”, cuenta Alicia.
Bajo la supervisión y el asesoramiento de la Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad vamos a denunciar esta situación a través de una cámara oculta. En la situación que planteamos, Isabel lleva seis meses viviendo en una casa comuna de la secta en la que está metida. Mientras está en la peluquería, aparecerá el gurú de su comunidad para pedirle más dinero por un rito de iniciación que debe hacer. ¿Encontraremos a gente maravillosa que le pare los pies a este supuesto gurú?
Isabel entra en la peluquería y se sienta. Mientras espera su turno, recibe una llamada de teléfono: “¿Sí maestro? Estoy en la peluquería, en cuanto salga voy a la comunidad. No, no, yo no hablo con nadie”, responde casi llorando. La chica de al lado no le quita ojo a nuestra actriz, que ha colgado el teléfono muy nerviosa y algo preocupada.
En ese momento entra en escena el gurú. Isabel le dice que está muy preocupada por su hermana y le pregunta si puede verla, pero nuestro actor no se lo permite y le recuerda que tiene que hacer un ingreso de dinero. Además, le obliga a beber de un bote que le da.
“La última vez que lo bebí no me acordaba de nada, perdí el conocimiento y me puse a vomitar”, se queja Isabel. El gurú se marcha y la chica de la coleta, que lo ha escuchado todo, no aguanta más y salta: intenta consolarla y le ofrece toda su ayuda.
Cuando nuestro actor vuelve a la peluquería, la chica se interpone entre él e Isabel y le pide por favor que la deje en paz y tranquila. Consigue que el gurú se marche y vuelve a hablar con Isabel: “Cada uno es dueño de su vida, pero si tú sabes que esa persona no te está haciendo bien, tienes que sacar las fuerzas para hacerlo y decirle que no quieres estar más allí”.
La joven le ha parado los pies a nuestro actor, ha apoyado en todo momento a Isabel y ha localizado a su hermana para pedirle ayuda. Por todo esto salimos a decirle que… ¡Es una persona maravillosa!