Tras la expropiación de Rumasa, José María Ruiz-Mateos no se rinde y convierte al en ese momento ministro de Hacienda, Miguel Boyer, en su enemigo número uno.
La contienda entre el empresario y el político se traslada a sus propias familias y es que Paloma, una de las hijas del empresario, lanzó una tarta a Isabel Preysler que, por aquel entonces, era la pareja de Boyer.
Ruiz-Mateos tampoco duda en utilizar el romance del ministro con la filipina para caricaturizarles junto a una actriz muy parecida a Isabel en un anuncio de bombones o de flanes.
Pero la cosa no acabó ahí porque con el fin de llamar la atención de políticos, jueces y de los medios de comuniación, pone en marcha todo tipo espectáculos a las puertas de los juzgados, como su famoso disfraz Superman.