La comunidad visita unos solares en los que viven gallos y gallinas y que son un foco de problemas para los vecinos
Foto: Redacción |Vídeo: Telemadrid
Nos encontramos en medio de la gran ciudad, aunque los sonidos que se escuchan no son los habituales de un lugar como este. Ruidos que se repiten una y otra vez todos los días del año. ¿Se imaginan tener de vecinos a gallos, gallinas, cotorras, palomas y ratas?
Esta es la situación que se da en un descampado de Madrid, un espacio en el que conviven todo tipo de animales incontrolados. Esto ha provocado una guerra entre los vecinos de la zona: por un lado, están los que no quieren a los animales aquí por los ruidos y las plagas que provocan; por el otro están los vecinos a los que les encantan los animales, les dan de comer y no quieren que se vayan.
La comunidad ha visitado las parcelas ocupadas por los animales y que han denunciado los vecinos. Cinco parcelas sin uso de cinco propietarios diferentes que se encuentran en el barrio de Villaverde Bajo. Al tratarse de animales abandonados, los dueños de estos solares no se hacen responsables de ellos.
Pedro es uno de los vecinos afectados. El continuo cacareo es el responsable de sus problemas de insomnio y de ansiedad. “Desde que están las gallinas no he dormido una noche del tirón”. Aunque ha puesto varias denuncias, la situación sigue igual.
Él no es el único damnificado. A Juan Carlos, por ejemplo, las palomas le han destrozado el tejado. Para tratar de solucionarlo, la comunidad ha colocado pinchos, que le han supuesto un desembolso de unos dos mil euros.
¿Quién es el culpable de que estos animales hayan llegado hasta aquí? Los vecinos señalan, precisamente a Juan Carlos, que tiene una gallina en el patio trasero de su casa. En el barrio se rumorea que se le escaparon a él. “Yo vi un gallo por la calle y lo recogí pensando que era gallina. El caso es que se me escapó. Pero… ¿Quién trajo las gallinas?”.
Parte de la vivienda de Magdalena está dentro de las parcelas ocupadas por los animales. Los gallos y las gallinas se suben a un árbol que tiene. Pero lo peor está en las madrigueras que hay bajo el suelo: las ratas.
Pero también hay vecinos dispuestos a todo con tal de que los animales se queden en el vecindario. Es el caso de Irina, que ha llegado a tener enfrentamientos con otros vecinos hasta el punto de tener que llamar a la policía.
Si estos animales de los solares no pertenecen a nadie, ¿quién debería hacerse cargo de ellos? ¿Qué riesgos y enfermedades pueden provocar estas plagas de animales incontrolados? ¿Qué se debe hacer y dónde se pueden llevar animales abandonados? ¿De qué forma se les puede capturar sin hacerles daño?