Visitamos un edificio okupado que está haciendo la vida imposible a los vecinos de la zona
Foto: Redacción |Vídeo: Telemadrid
Una comunidad de vecinos termina siendo como una familia. Aunque no la elige, en ocasiones, le acompaña toda la vida. Y como en todas las familias, es fácil no llevarse bien. Especialmente cuando una de las partes ha usurpado la vivienda y no respeta las normas de convivencia.
La comunidad nos muestra en este programa un caso que va más allá de un problema de okupación: se trata de un edificio entero tomado, cuya azotea se ha convertido en una ciudad paralela e ilegal de personas desamparadas. Un conflicto que tiene en jaque a toda la comunidad de vecinos.
En España se okupan cada día 33 viviendas. Solo en la Comunidad de Madrid se llegó a superar en 2020 la barrera de las 4.300 viviendas okupadas
Esta situación tiene lugar en el madrileño distrito de Tetuán, una zona próxima al corazón financiero de la capital y en la que viven más de 150.000 habitantes. Aquí, tres comunidades de vecinos comparten el problema: el edificio okupado y los dos bloques colindantes a cada lado.
Enganches ilegales, sobrepeso en la azotea, etc. ¿Qué peligros tiene este edificio? ¿A qué se arriesgan los vecinos? ¿Qué riesgos para la salud conlleva vivir rodeado de tanta suciedad? ¿Qué tipo de infecciones se podrían estar creando?
Juani es una de las vecinas afectadas debido a la presencia de okupas “desde hace cuatro años”. Según nos cuenta, esta “no es gente que no tiene donde meterse”, sino que en el inmueble se da “tráfico de drogas, peleas continuas, prostitución, los servicios sociales se han llevado a algún menor e, incluso, ha habido dos muertos”.
“Llevo meses sin poder abrir las ventanas de mi casa”
Algunos de los factores que hacen imposible la convivencia son los malos olores, la suciedad, las plagas, las continuas peleas, la inseguridad y los ruidos. Debido a todo esto, Juani apenas puede abrir las ventanas de su casa, para evitar que se cuelen los insectos y los hedores.
Y Juani no es la única vecina afectada. Verónica, por ejemplo, que vive pared con pared con el edificio okupado, también sufre su convivencia. “Dan gritos, tiran cosas, una o dos veces a la semana se pelean… Es horrible”.
¿Quién vive en esta azotea? ¿Desde cuándo? ¿En qué condiciones? ¿Cómo han llegado a esta situación? Visitamos el interior del edificio y los mismos okupas nos lo cuentan.
