La pesadilla de vivir sin ascensor y con problemas de movilidad
En La comunidad hemos visitado un edificio en el que la instalación del ascensor se ha convertido en un conflicto vecinal
En la Comunidad de Madrid, solo el 40 % de los bloques de más de cinco pantas dispone de ascensor
Foto: Redacción |Vídeo: Telemadrid
El ascensor es la forma más cómoda de llegar a casa para aquellos que viven en un edificio. Sobre todo cuando vamos cargados con la compra o con cualquier otro objeto de peso. Pero para muchos, especialmente nuestros mayores, no se trata solo de una cuestión de comodidad, sino que este medio puede llegar a ser la única manera que tienen a su alcance de pisar la calle.
Cuanto más alto es un edificio, más habitual es la presencia de un ascensor. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, el 40 % de los bloques de más de cinco plantas dispone de uno. Pero… ¿Qué ocurre con el otro 60 %?
En La comunidad hemos visitado uno de estos edificios sin ascensor. Aquí, el ascensor se ha convertido en la semilla de un conflicto vecinal que ha divido a toda la comunidad. Una comunidad en la que los vecinos llevan años enfrentados por la instalación de un ascensor. Mientras que unos dicen que lo necesitan para vivir con dignidad, los otros piensan que es un capricho.
Vecinos de edad avanzada o con problemas de movilidad
El principal problema al que se enfrentan algunos de los vecinos de esta comunidad se encuentra en las escaleras. Y es que, al no tener ascensor, tienen que subirlas y bajarlas cada vez que necesitan salir a la calle.
Estas subidas y bajadas no supondrían un obstáculo tan grande si no fuera porque muchos de estos vecinos, o bien son de edad avanzada o bien sufren de problemas de movilidad debido a desgaste de cartílago, prótesis de rodilla o hernia discal. Debido a esto, cada viaje por las escaleras es para ellos un suplicio.
Marisol es una de las vecinas afectadas. Debido a una lesión en el cartílago, sufre al subir las escaleras, por lo que pide que se instale un ascensor. “Yo tengo que subir agarrada a la barandilla y a la pared”, nos comenta, por lo que no puede cargar con objetos como, por ejemplo, la compra.
“Tardo unos diez minutos solo en subir y bajar las escaleras”, explica Marisol, y eso que vive en un cuarto. A ella le “supondría la vida” que le instalaran un ascensor, ya que así podría ser más autónoma.
Rosi, que espera una prótesis de rodilla, se encuentra en la misma situación que Marisol. “Lo poco que salgo de casa es a comprar. De caminar nada”. A ella, la ausencia de ascensor, también la limita mucho.
La guerra del ascensor
Las continuas disputas entre los vecinos por instalar o no un ascensor en esta comunidad han desembocado en un tenso conflicto. Vecinos que llevan toda la vida viviendo puerta con puerta y que ahora ni se hablan y solo se saludan por educación.
“Ya casi que prefiero no cruzármelos”, dice Rosi. “No quiero esa hipocresía de que me pregunten que cómo voy y que me ayuden a subir las bolsas. No. Mejor no me digas nada. Cállate y no me digas nada”.