A pesar del férreo control que Goyanes, el productor de Marisol, tenía sobre ella, la niña prodigio creció y se convirtió en una mujer que enamoraba a los cantantes, toreros y bailarines de la época. Serrat, Palomo Linares o Antonio ‘El Bailarín’ fueron solo algunos de los hombres que la cortejaron.
“Esa niña se convierte en la mujer más bella del mundo. Yo me quedo embobado cuando veo programas de la época”, confiesa el productor musical Paco Ortega. “Siempre ha sido bella, a cualquier edad, y ha tenido un arte increíble”.
El que finalmente llevó a Marisol al altar fue Carlos Goyanes, el hijo de su representante, con el que convivía desde que tenía once años. Una boda que tuvo un tremendo impacto mediático. César Lucas, fotógrafo de cabecera de numerosos famosos, estuvo en el evento y nos cuenta que se fijó en que “ella no tenía la cara de una novia el día feliz de su boda. Estaba triste”.
Era un matrimonio condenado al fracaso. Pero fue precisamente durante ese matrimonio cuando sucedió algo que llamó mucho la atención para aquella época y en lo que también estuvo implicado César Lucas, fotógrafo de su luna de miel.
“En una de las ocasiones que estábamos haciendo fotos Carlos Goyanes dijo: “Ahora que estamos aquí, solos, podemos aprovechar para hacer esas fotos que necesitamos. Unas fotos en las que a ella se la vea desnuda””, recuerda el fotógrafo.
Esas fotos realizadas en 1970 se convirtieron seis años más tarde en la portada más emblemática e impactante de la revista más transgresora del momento, Interviú. “Yo colaboraba con Interviú a través de la agencia y el dueño, que se había enterado de que tenía esas fotos, me dijo que le gustaría publicarlas”, explica César Lucas.
Un desnudo que acabó simbolizando un momento tanto personal para Marisol como histórico para España, que estaba viviendo la Transición. “Ese desnudo va a marcar un antes y un después a nivel de símbolo de la España que dejaba atrás”, cuenta Luis García, autor de Marisol-Pepa Flores, corazón salvaje. “Marisol era la pureza, la niña prodigio. Y era ella la que aparecía en la portada de Interviú”.
Marisol nunca denunció a la revista Interviú, pero la Fiscalía actuó de oficio contra César Lucas por conducta inmoral. “Cuando faltaba una semana para el juicio me encontré con ella. Hacía mucho que no nos veíamos, me buscó y me dijo: “César, sé que estás teniendo problemas con mis fotos. Si en algo puedo ayudarte, cuenta conmigo”. Eso no se me ha olvidado nunca”.