Los autobuses de Madrid no paran si no se les hace una señal con la mano. Una norma que supone un problema para Encarni, una vecina de San Sebastián de los Reyes que sufre de ceguera y no puede estar levantando el brazo al no saber si es un bus el que pasa por delante.
Debido a esto, desde septiembre se ha perdido muchas de sus clases de natación al ser ignorada por varios buses de la línea 4 que pasa por el paseo de Europa y tiene una frecuencia de 40 minutos: "Si pierdo ese, pierdo la clase", se queja.
Varios vecinos, amigos y compañeros de clases de natación se han reunido para exigir al consistorio que los conductores de autobuses sean conscientes de que las personas ciegas no pueden hacer señas y que, fijándose en si llevan un bastón de discapacidad visual, paren siempre: “No se requieren medios económicos, solo buena voluntad de los conductores”.
Desde el Consorcio Regional de Transportes han explicado a Madrid Directo que ya han recibido la queja y están tratando de solucionarlo pronto.