Jóvenes de 16 y 19 años están amenazados y tienen miedo a salir de casa porque se resisten a ingresar en bandas juveniles. Sus padres están desesperados y, por eso, han decidido denunciarlo para ver si pueden ayudarles con esta situación.
Conocemos el caso joven de 19 años que, a pesar de ser mayor de edad, también está sufriendo acoso porque las bandas quieren que ingrese sí o sí. Su madre nos dice que no puede salir y que cada vez que lo hace le increpan. "Te dan un aviso, uno o dos, ya la tercera sabe que no lo cuentas". Su madre declara que no pueden dormir y que su hijo está muy inquieto. Por todo ello, piden más vigilancia.
También tenemos la oportunidad de hablar con la madre de uno de los menores, quien declara que llevan mucho tiempo acosando a su hijo, tanto es así que ha tenido que cambiarle de instituto y se plantean irse de España. Esta madre nos dice que su hijo no sale apenas y que cada vez que lo hace no se separa del móvil para saber si está bien en todo momento. "Esto es un sinvivir".
"Siempre le están frenando, diciéndole que él es de bandas, pegándolo, amenazándole de que le van a matar y antes tenía a sus amigos, pero se metieron en esa banda. Sus propios amigos de la niñez le quieren pegar", nos cuenta la novia de este joven.
Radiografía de las bandas juveniles
Hace tres semanas, Katia Núñez Castillo, antropóloga y experta en bandas juveniles, nos hablaba sobre el perfil de los miembros de las bandas juveniles y nos contaba que a partir de los 11 o 12 años los jóvenes ya empiezan a interesarse por estas agrupaciones.
Sobre su forma de acceder a estas bandas, Katia destaca la influencia de las redes sociales. Un total de 2.500 jóvenes pertenecen a bandas latinas en Madrid: 500 son adolescentes de entre 11 y 13 años, 1.200 entre 14 y 18 años y 800 entre 19 y 25 años.
La incorporación de chicas a las bandas igualmente registra un incremento significativo. De hecho, ya existen bandas exclusivamente femeninas. El mosaico de armas que utilizan apenas ha variado, aunque sí la facilidad como las adquieren a través de Internet. Hay 50 grupos de 'Ñetas' y 'Lating Kings', y más de 80 de 'Trinitarios' y 'Dominican Don’t Play'.
Sus señas de identidad también han variado y ya no visten externamente prendas que les identifiquen. Ahora, estos jóvenes intentan pasar desapercibidos para no ser identificados por las bandas rivales ni por la policía.
Con la pandemia, los pandilleros han dejado de reunirse en parques, polideportivos y plazas públicas para reubicarse en inmuebles vacíos o abandonados, donde preparan sus acciones delictivas.