Mañana es el aniversario del nacimiento de Lola Flores, 100 años. Por este motivo, un equipo de Madrid Directo ha querido rendirle homenaje indagando en los sitios por donde la artista pasaba sus ratos en Madrid.
Entre ellos, se encuentra el legendario restaurante Carpien, que antes fue el tablao de Lola Flores y antiguo templo del flamenco. De hecho, el nombre del local fue puesto por la misma artista y hace referencia en caló a buen gitano.
Lola Flores nació en Jerez, pero su vida transcurrió en Madrid, al igual que sus grandes éxitos. Como artista, se convirtió en un símbolo y un tópico de una época en la España del siglo XX.
"Ella tuvo un enorme éxito con Manolo Caracol, casi fue el despegue de ella como artista y, realmente, Los Canasteros han estado muy ligados a su biografía. Todo el que venía por Madrid en ese momento tenía que ver a Lola Flores y lo bonito es que ella brillaba tanto que yo creo que hasta Manolo Caracol en algún momento tuvo celos porque ella suscitaba muchos aplausos. No sé qué tenía Lola que era perla", nos cuenta Nieves Herrero, que tuvo la suerte de conocerla.
En su casa, conocida como "El Lerele" y ubicada en La Moraleja, se celebraron interminables fiestas y las puertas estaban abiertas para todo aquel que quisiera entrar a divertirse. Allí, La Faraona, como buena anfitriona, animaba cada celebración con su voz y su forma tan auténtica de bailar.
Actualmente, en el Cementerio de la Almudena yacen la cantante y bailaora junto a su marido Antonio González 'El Pescailla' y su hijo Antonio Flores. Bordeando el panteón, podemos apreciar unas estatuas de Lola bailando mientras su hijo toca la guitarra.