Un año más, los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Montes, Forestal y del Medio Natural venden, de cara a las navidades, sus abetos con el objetivo de conseguir la financiación necesaria para irse de viaje de fin de curso. Este año el destino es Filipinas.
Para ello, cuentan con alrededor de 700 u 800 abetos, todos ellos traídos desde Cataluña. Se pueden encontrar de todos los tamaños, desde alrededor de un metro hasta casi los cuatro metros. Cabe destacar que a medida que se incrementa el tamaño también suben los precios. Los más baratos rondan los 30 euros, mientras que los más caros pueden superar los 370 euros.
Se dividen en dos variedades, los Picea Excelsa y los Abies. ¿En qué se diferencian? Por un lado, los Picea se cultivan para luego poder ser plantados en un jardín, ya que se convierten en grandes árboles y su crecimiento es muy rápido. Por su parte, los Abies se cultivan para el uso exclusivo del consumo navideño y, transcurridos cuatro años, pueden ser cosechados y puestos a la venta. Además, se presentan con un cepellón muy pequeño, ya que el objetivo es que duren un único año y luego hacer compostaje con él.
Entre los abetos que venden, algunos de ellos pueden ser enraizados, es decir, preparados para que puedan plantarse tras su compra, como hemos mencionado anteriormente. Su venta inició el pasado 20 de noviembre, de lunes a viernes de 08:30 horas a 20:30 horas y los fines de semana y festivos de 09:00 horas a 20:30 horas. Se trata de abetos 100% ecológicos.
Para hacernos con uno de ellos debemos acudir al número 5 de la Avenida de las Moreras, pero también contamos con la opción de que nos lo traigan a casa por el módico precio de 7,5 euros la zona A de transporte. El precio de envío a domicilio va aumentando según se aleje de la zona. Podemos contactar con los estudiantes a través de Instagram, Facebook, Twitter, teléfono o correo electrónico.
¿Qué tipo de abeto navideño es mejor: artificial o natural?
El año pasado, Iván Delgado de Jardinería Viveverde nos hablaba de los pros y contras de adornar nuestra vivienda para las navidades con un abeto natural o artificial, tras la difusión de que para ser ecologista debemos comprar un árbol artificial, algo completamente falso.
El árbol de Navidad natural tiene efectos positivos sobre el medio ambiente: produce oxígeno a partir de CO2, mejoran la estabilidad del suelo, sirven de hábitat para los animales salvajes, son biodegradables y contribuyen al desarrollo económico.
Para muchas personas es una lástima cortar árboles de Navidad, pero estas plantaciones son agrícolas y se producen específicamente para estas fechas. También aumentan el nivel de oxígeno y reducen el efecto invernadero, además de que su sistema de raíces estabiliza el suelo influyendo así en la ecología ambiental y reduce el riesgo de inundaciones por erosión por viento o agua.
Por ende, los árboles artificiales están hechos de plástico, a su vez elaborado a partir del petróleo, una materia prima no renovable y contaminante, tanto durante la fabricación como durante la destrucción. Si un árbol de plástico se incendia, al no ser degradable, emite vapores tóxicos que son peligrosos para el medio ambiente, pero también para los humanos.
Su proceso de producción es caro en términos de energía y plástico que emite gases de efecto invernadero. Se necesitan años para amortizar un árbol de plástico en términos medioambientales en comparación con un árbol natural. Incluso si el árbol de plástico se reutiliza cada año, sigue siendo peligroso para nuestro planeta.