Con los contagios disparados en nuestra Comunidad y a apenas 20 minutos antes del toque de queda, salimos a comprobar si se cumplen o no las medidas sanitarias.
Un mes después, la escena se repite una vez más: gente sin mascarilla, locales vendiendo alcohol a menores y fuera de hora y la entrada de jóvenes a barrios confinados. Asimismo, muchos de ellos nos aseguran que compran la bebida para luego montar la fiesta en los domicilios.
Además, cuando entramos en los establecimientos donde se producen estas ventas a deshora, niegan todo rotundamente y se echan la culpa entre los locales. La noche terminó con la denuncia de 133 fiestas privadas en domicilios, aglomeraciones y botellones.