Roma es quizá la ciudad del mundo más monumental y por eso no puede faltar la visita a los grandes escenarios: El Coliseo (que visitan al año más de 6 millones de personas), el Foro (que en su tiempo era el centro del mundo), El Circo Máximo (con un aforo de 300.000 personas), la Boca de la Verdad, El Panteón, La Fontana de Trevi, Plaza de España, San Pedro... Y podríamos seguir así hasta agotarnos. Pero además de los más conocido de la 'ciudad eterna', los madrileños que nos hemos encontrado nos muestran rincones menos conocidos de sus siete colinas y barrios como el multicultural Termini o el Campidoglio, además de lugares cercanos como Ciampino, Castel Gandolfo u Ostia Lido, la playa de Roma.
Estos madrileños han tenido tiempo para conocer más de cerca el carácter de los romanos, 'expontáneos y espabilados', muy parecido al nuestro. También conocemos la realidad en la calle que, como no podía ser de otra manera, se llena de manifestaciones por los recortes sobre todo en sanidad. Los servicios sociales allí, según nos cuentan, dejan mucho que desear. Conocemos historias no muy conocidas como la de los más de 2.000 judíos romanos deportados a la Alemania nazi.
No se puede conocer del todo bien Roma si no te subes a un coche y vives en propias carnes el tráfico caótico de la ciudad. Y para quitarse el susto del cuerpo, nada mejor que comer algo, por ejemplo una pizza, pero cuidado que si no quieres parecer un guiri, nunca has de pedirla para comer al mediodía.