Los vecinos del barrio de Arroyo del Fresno, en Madrid, llevan años denunciando la inseguridad y los robos que sufren a cuenta de dos infraviviendas en las que se vende droga.
El túnel que los separa de ellas es un ir y venir de toxicómanos que luego consumen en los alrededores.
La imagen de toxicómanos pinchándose en plena calle, en las aceras o junto a las paradas de autobús es frecuente.
"Ves a gente que está mal, colocada, deambulando, que no sabes si te sigue o no y da miedo", reconoce una vecina.