Nadadores invidentes vuelven a la piscina con el sueño de competir en un futuro
Pueden retomar los entrenamientos tras el confinamiento
REDACCIÓN
Después de confinamiento, de guardar la distancia, los niños y jóvenes invidentes ya pueden disfrutar de una de sus grandes pasiones: la natación. Y aunque el hecho de mantenerse a flote o avanzar por el agua resulte tan fácil para la mayoría, no lo es tanto para estos chicos con deficiencia visual, algunos con ceguera total y que han vuelto a la piscina tras varios meses de confinamiento.
En busca de futuras medallas olímpicas
La Federación Española de natación para ciegos busca nuevos talentos, futuras estrellas de las olimpiadas paralímpicas, y para ello, deben empezar a enseñar a nadar a jóvenes invidentes en un campus de tecnificación y captación.
Lo más difícil, aseguran los profesores, es enseñarles los movimientos. "¿Cómo le enseñas a hacer un movimiento a alguien que no puede verte?", pregunta uno de los profesores de natación.
Sin duda, lo más importante en estos casos es el tacto y mucha paciencia, por supuesto. Los chicos, eso sí, están encantados con volver a "oler el cloro", y no dudan en perseverar. Tres kilómetros de piscina por sesión podrían agotar a cualquiera, pero con ilusión, se espera impaciente una nueva clase.