Renfe no comunicó al principal inversor del proyecto, el Banco Europeo de Inversiones (BEI), los retrasos en la fabricación de los 31 trenes en Asturias y Cantabria por problemas en las medidas.
La empresa de transporte ferroviario no avisó hasta el mes de enero, es decir, dos años después de que el fabricante de los trenes advirtiera a la ferroviaria pública que los trenes contratados no cabrían por los túneles.
El BEI financia casi el 80% del proyecto, en concreto paga 150 de los 190 millones que costará el proyecto. Un proyecto que debía ponerse en marcha a finales de 2024, pero que debido al error en las medidas no será posible.