Este fin de semana un incendio se cebó con el paraje natural de la Fuente del Cura en Miraflores de la Sierra. El fuego ha quemado una hectárea y media. Aunque las temperaturas han bajado, el viento sigue fuerte y el terreno está muy seco, por lo que desde el 112 nos piden que extrememos la precaución.
Recuperar terreno quemado, como este de Miraflores, es un trabajo arduo, que puede llevar años y que implica al departamento de Biodiversidad de la Comunidad de Madrid y al IMIDRA.
En los viveros forestales se producen más de 100 especies de árboles que se usan para reforestar toda la región.
Pero antes de plantar hay que ayudar a los tiempos que impone la Naturaleza para la regeneración. El principal riesgo es la erosión del terreno, así que resulta fundamental estudiar el suelo y el tipo y alcance de los daños causados por el fuego.
La Naturaleza rebrota en muchas de las veces. En otras es necesario el aporte de nuevos ejemplares, algunos de ellos mejorados genéticamente. Pinos y encinas suelen ser las mejores opciones para repoblar zonas calcinadas.
En el IMIDRA se se producen cada año 70.000 ejemplares de 100 plantas distintas. Y entre su banco de semillas, una joya. Semillas del Tejo de Barondillo, el ser vivo más longevo de la Comunidad de Madrid.
Un árbol singular, patrimonio de la región, con una edad estimada de 1.500 años situado en el Valle del Lozoya.
Una maravilla natural, protegido, pero que en caso de desaparecer por la causa que fuera al menos se contaría con la reserva de semillas para replantarlo. Eso sí, habría que esperar siglos para ver el porte que luce ahora.