César Román, conocido como el Rey del Cachopo, dijo a los agentes que le detuvieron el 16 de noviembre de 2018 en un restaurante de Zaragoza, tranquilo y sin oponer resistencia: "Sí, sí, soy el que estáis buscando". El arresto fue posible porque la dueña del bar donde trabajaba le vio en televisión y le reconoció.
La Audiencia Provincial de Madrid celebra este lunes la sexta jornada del juicio a Román, para el que la Fiscalía pide quince años y cinco meses por el homicidio de Heidi Paz y la profanación de su cadáver, ya que su torso apareció en agosto de 2018 en una maleta en una nave alquilada por el acusado. Román fue arrestado tres meses después en la capital aragonesa.
Raquel, dueña del restaurante de Zaragoza en el que trabajó el acusado en octubre y noviembre de 2018, ha relatado al tribunal de jurado que le contrató porque su marido y ella necesitaban una ayuda en el negocio y él aseguró que se llamaba José Rafael Rujano Contreras y era venezolano aunque su padre era gallego.
Ha descrito su "destreza cortando y deshuesando piezas de carne", que ella comprobó durante el trabajo en su restaurante entre el 11 de octubre y el 16 de noviembre, cuando fue arrestado, y que no aceptaba bien las críticas y "mentía continuamente".
Un día estaba viendo la televisión, en concreto el programa de Ana Rosa Quintana que hablaba "de un señor que estafaba y era el posible asesino de su novia", y ella dijo: "Este es el cocinero que yo tengo".
"Mi marido no lo reconoció, otra persona tampoco, pero yo dije que iba a llamar a la Policía porque me parecía que era él, y que si no lo era le pedirá perdón luego... Estaba muy segura de que era él", ha explicado.
Así la Policía fue al restaurante el 16 de noviembre de 2018 sobre las 11:30 horas, ya que ella dijo a los agentes que el sospechoso entraba a trabajar a las once, y cuando los policías entraron le preguntaron si él era César Román, a lo que contestó: "Sí, sí, soy el que estáis buscando".
En ese momento preguntó si podía coger sus cosas y los policías le dijeron "si pensaba que eran tontos", ha dicho la dueña del restaurante, que ha asegurado que César estaba tranquilo y que incluso le dio las gracias antes de irse, ya que él no sabía que había sido ella la denunciante.
La maleta tenía su ADN
Durante la sesión de este lunes han declarado policías y un bombero que han reconocido la maleta que les han mostrado en la sala como la que contenía el torso de Heidi Paz.
El inspector jefe del Grupo de Homicidios que investigó el caso ha desvelado en el juicio que la maleta donde se halló el 13 de agosto de 2018 el torso de Heidi Paz presentaba el perfil genético del acusado y de la joven hondureña, así como que el móvil de la chica lo tenía el empresario en el piso que alquiló en Zaragoza tras huir.
La testifical del instructor de la investigación desmonta la versión del empresario al confirmar que la identidad del torso se correspondía con el de Heidi Paz frente a la tesis de que podría estar viva. De igual modo, desvincula el crimen de un ajuste de cuentas al estar el cuerpo descuartizado mientras que la práctica habitual de una organización criminal es "pegar dos tiros en la calle".
Otro policía que presenció la segunda parte de la autopsia ha relatado que el torso tenía las extremidades seccionadas y presentaba dos cortes, de 15 y 2,5 centímetros, al lado del ombligo. También tenía seccionados los senos. "El torso era muy oscuro", ha precisado.
Dos agentes de la Policía Municipal y un bombero han certificado que las ventanas de la nave estaban cerradas en contra de lo que sostiene la defensa para reforzar su teoría de que alguien pudo entrar a la nave alquilada por el acusado y no necesitar llave para acceder. El fiscal mantiene que el homicida tenía un juego de llaves.
El bombero compareciente ha explicado que el fuego era intencionado porque junto a la maleta se localizó un pequeña hoguera con restos de papeles y palés de madera. "El humo salía por la rejilla de arriba porque las ventanas estaban cerradas", ha dicho.