Usar el aire acondicionado puede aliviar el calor extremo que estamos viviendo durante la época estival, pero el uso abusivo del mismo, a temperaturas muy bajas, puede ser perjudicial para la salud. Según los expertos, la temperatura media adecuada para alcanzar el confort son entre 26 y 24 grados.
¿Qué pasa si bajamos de los 23-24 grados durante un periodo prolongado?
Una inadecuada utilización de este medio de refrigeración puede afectar tanto a las vías respiratorias, como a nuestros músculos. El salto térmico con el exterior puede derivar en cuadros catarrales y afecciones leves en las vías respiratorias. Cristina Martínez, neumóloga en el Área Medio Ambiente SEPAR, añade a estas dolencias 'molestias locales e irritación en la garganta, fundamentalmente por la sequedad del aire'.
Además, hay que sumarles las molestias musculares, producidas por las corrientes de aire que impactan directamente con nuestro cuerpo. Esta condición provoca que, tras una contracción excesiva y mantenida en el tiempo, se pueda acarrear rigidez articular, mialgias, cervicalgia, en la zona del cuello, y lumbalgia.
Protegerse es una de la opciones que tenemos, y si vamos a estar mucho tiempo en la misma posición conviene moverse, 'si estamos trabajando debemos hacer micro pausas activas, ciertos movimientos para que la musculatura no esté quieta' aconseja Montserrat Ruiz-Olivares, secretaria del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.
Protegerse del calor es importante, pero también hacerlo de una forma adecuada, evitando excesos y dolores innecesarios.