El Centro de Acogida Temporal de Emergencia (CATE) de 'Las Caracolas' fue la respuesta del Ayuntamiento de Madrid a las largas colas de familias durmiendo al raso con sus hijos, el otoño pasado, frente a la sede del Samur Social.
Esta situación sufrida por los demandantes de asilo llevó a la creación del CATE en Vallecas. Por allí han pasado ya más de 2.600 personas y la intención del Ayuntamiento de Madrid es mantener este dispositivo social durante el próximo año.
Muchos de los que llegan a 'Las Caracolas' acuden al perderlo todo, fruto de la crisis sanitaria a causa de la pandemia. Otros, llegados en su mayoría de Venezuela o Colombia, están a la espera de poder obtener un trabajo. Una oportunidad para residir e España.
Atención a los más pequeños
Para lograr su normalización, los trabajadores sociales les ayudan con la elaboración de los curriculums y las plataformas de búsqueda de empleo. Entre las personas que residen actualmente en el CATE hay muchas con titulación superior.
Los niños y niñas reciben aquí una atención especial. Vienen de vivir situaciones muy complicadas. El servicio de ocio trata de mitigar la sensación de agobio y malestar que les provoca llegar aquí.
En 'Las Caracolas' la cercanía de la acogida convive con la realidad de la Covid, que impone distancia de seguridad pero no evita que algunos de los residentes experimenten, dicen, un cariño olvidado.