Con la nueva reforma laboral, el 31 de marzo desaparecerán los contratos por obra, una modalidad muy extendida en sectores como la agricultura, la automoción o la construcción. Las empresas tendrán que hacer contratos indefinidos o fijos discontinuos, con el aumento de costes que ello genera.
La indemnización por despido en esas modalidades de contratación es mucho mayor que en los contratos por obra.
Vale como ejemplo una empresa forestal que tiene a 20 trabajadores en plantilla. Pero en picos de trabajo, cuando cuentan con más de un proyecto llegan a contratar a otros 20 o 30 por obra.
Carlos Vizcaya, de Viveros Los Rebollos asegura que no puede asumir el coste de hacerlos indefinidos por lo que a partir de ahora buscará otra solución
El 31 de marzo desaparecerán los contratos por obra. Es la modalidad más utilizada en la construcción, también en el campo. Ahora esos contratos deberán convertirse en indefinidos o fijos discontinuos, con los inconvenientes que esto conllevará para sectores como el campo, según indica Luis Cortés, de la Unión Extremadura.
Los investigadores también se verán afectados. Desde el CSIF exigen más dinero y continuidad en los proyectos para que esos contratos puedan convertirse en fijos discontinuos o indefinidos. De lo contrario, estaría en peligro el puesto de unos 30.000 investigadores, según José Antonio de la Orden, portavoz del CSIF en el sector de la Ciencia.