Vivimos una pandemia en la que el uso de las mascarillas está sacando a la luz otros problemas de salud que antes podían pasar desapercibidos. Por ejemplo, el de las pérdidas auditivas. Ahora hay muchos más pacientes en las consultas del otorrino. Y no sólo adultos, también niños.
Las consultas del especialista y los centros auditivos reciben más consultas y solicitudes de pruebas de audiometría. La mascarilla reduce entre 2 y 4 decibelios la capacidad auditiva. En el caso de las pantallas puede llegar a los 20 decibelios.
En el caso de los menores se ha detectado que al impartirse las clases con mascarilla por parte de los docentes, esa atenuación del sonido, dificulta el seguimiento. Los especialistas afirman que las mascarillas no permiten proyectar la voz y ahora se nota más esa pérdida de audición.
Tampoco ayuda mucho no poder leer los labios o desconocer la expresión del rostro de quien nos habla, algo que ayuda a interpretar mejor el mensaje que nos tratan de comunicar.