Los comerciantes piden que se suspendan las rebajas. Los descuentos -dicen- serían la puntilla a unas ventas ya muy mermadas cuando volvamos a la normalidad. El pequeño comercio seria el más perjudicado.
Consideran que tras el cierre de sus negocios por el confinamiento, la coincidencia de la apertura con el inicio de la campaña de rebajas puede representar la ruina para muchos negocios, donde los márgenes son muy ajustados.
Piden que los consumidores, cuando puedan volver a las calles, prioricen sus compras en los comercios de proximidad, ya que temen que las grandes cadenas si que se sumaran a las promociones.
Aseguran que si no, un 20% de los negocios pueden desaparecer.