La situación en cuanto a los incendios ha mejorado, pero las llamas nos dan tregua. Tanto nuestro país como nuestra región siguen en alerta máxima por riesgo de incendios. Extremar las precauciones es fundamental, pero también lo es investigar los incendios que ya se han producido, para comprobar qué los originan y cómo se pueden evitar.
En busca de 'pruebas' y testigos determinantes
Una simple cerilla puede desembocar en un desastre medioambiental del que muchos no se librarán. La Guardia Civil investiga todos los incendios de masa forestal, 438 tan sólo el pasado año. Las llamas dejan huellas, un camino que analizan paso a paso.
Pero el propio incendio y las labores de extinción borran pruebas. Es vital la celeridad a la hora de recopilar indicios y los testigos.
Una vez establecido el punto de inicio se acordona: es su escena del crimen contra la naturaleza. Un crimen que a los que trabajan para proteger estos montes, les duele, aún más si cabe.
Irreparable, pero evitable. El 74% por ciento de los incendios son intencionados o por negligencias.