Con Madrid cerrada en el Puente y la Semana Santa se abre una esperanza para los hosteleros. El plan es aprovechar para recuperar la caja.
Con cuatro comensales en interior y seis máximo en exterior, en los libros de reservas comienza a prever el tetrix de mesas.
“Es un poco animado porque nos hacía falta a todos” opinan. “Salir a terrazas es un punto a favor” recalcan.
Para el puente de San José, el padre es el único invitado asegurado. Entre el resto, quizás, haya que hacer alguna selección.
“Dejaría fuera al suegro aunque luego no sea buena idea” bromean.
Recuperar lo perdido
Los hosteleros confían en que el cierre perimetral les sirva para hacer caja, como ya ocurrió en el puente del pilar y en el de la constitución.
“Todos los madrileños optarán por la croqueta y el vermut en el centro” nos cuentan. “Dando dinerito a Madrid que para eso es la capital” algo más que un deseo ya que muchos madrileños están haciendo reservas para conocer y disfrutar de los encantos de nuestra región.
Y esperan que junto a los madrileños, los franceses se conviertan en clientes clave: “He visto más franceses de lo normal”.
Y es que ante la prohibición de juntarse no convivientes en domicilios, los bares y restaurantes se convertirán para muchos en la única opción viable para reuniones.