Los vecinos de San Blas respiran aliviados pero con el temor a que los narcotraficantes que trapicheaban en los vestuarios de un polideportivo municipal vuelvan de nuevo.
Ayer fueron desalojados por la Policía Municipal después de 6 meses de okupación en el local ubicado en la calle Tejedores. Se había convertido en un foco de inseguridad, donde se trapicheaba con drogas y las peleas y robos eran frecuentes en la zona.
Los vecinos se alegran de la intervención policial pero temen que ahora los drogodependientes se desplacen a otro lugar del barrio o que, incluso, vuelvan a ese narcovestuario una vez decaiga la vigilancia policial, que ahora es de 24 horas al día. "Si se va la policía volverán seguro", dice un vecino. "Están siempre aquí", apunta una señora del barrio.