En Coslada, los vecinos denuncian que una antigua casa de apuestas se ha convertido desde hace meses en un espacio okupa donde beben, fuman y montan fiestas, con los consiguientes problemas para los vecinos.
Está situada en la avenida de la Constitución y fue ocupado a finales del año pasado por un hombre con problemas de drogadicción.
Ahora, más de seis meses después, el edificio ha sido tomado por un grupo de jóvenes de origen español y latino que lo utilizan para sus fiestas.