En Bustarviejo, queda una de esas pocas queserías totalmente tradicional. El secreto de su éxito es su sabor, que se debe en gran parte a la alimentación de las cabras, las caricias y los masajes que les dan a los animales. Allí lo consideran una parte fundamental.
"El acabado final de los productos varía con la alimentación de las cabras", asegura Concha, una de las encargadas de la elaboración de los quesos.
"No utilizamos ningún tipo de producto para embellecer los quesos", explica Concha. "No vamos a ver las cortezas perfectas como en los quesos industriales", apunta la quesera.