En un año hemos perdido casi 300 hectómetros cúbicos, casi un tercio de su capacidad. El dato más preocupante es del pantano de San Juan que está a un 31% de su capacidad, a la mitad con respecto a 2018, aunque en parte se debe por el trasvase de sus aguas Valmayor.
Su bajo nivel de agua ya se aprecia: más de 20 metros de altura desde las marcas que señalan el nivel de agua en época normal. Árboles que afloran a la superficie, el puente, las ruinas de un antiguo pueblo, o lo más peligroso grandes rocas.
Todo ello trae consecuencia que afectan al turismo en la zona y tiene muy preocupados a los usuarios del pantano, gente que lo utiliza para navegar, como restaurantes y negocios .No es la única consecuencia, las rocas que emergen por el bajo nivel de agua, incluso pone en riesgo a los hidroaviones que acuden a este pantano para coger agua para extinguir los incendios, ya que se ha reducido un 50% el espacio para que las aeronaves puedan acceder a ello. .
Esta cuenca es la única alerta por escasez decretada por la Confederación Hidrográfica del Tajo.