Robots paseando perros, robots recogiendo la basura, robots conduciendo coches.
Estampas propias de la ciencia ficción, que han dejado de serlo. Ella es Aiko, una androide que trabaja en Japón de recepcionista. Y él es Pepper, un robot humanoide con diferentes usos y que ya ha fichado por un hotel español.
En España hay dos robots por cada mil trabajadores. Un número que aumentará de forma imparable año tras año, como en el resto del mundo.
¿Cuántos empleos corren peligro? Pues depende a quien se pregunte. Las cifras más apocalípticas hablan de 800 millones en todo el planeta, pero lo cierto es que no lo sabemos. Como pasó en la revolución industrial, habrá empleos que realizarán las máquinas.
Teleoperadores, cajeros, carga y descarga o conductores son algunos ejemplos. Pero como sucedió entonces, surgirán nuevas oportunidades.
Al fin y al cabo, las máquinas se estropean y necesitarán la intervención humana para funcionar. Así que todo es cuestión de reciclarse y adaptarse a los nuevos tiempos. Y cruzar los dedos para que no vengan a dominar el mundo.