Vecinos del pueblo suizo amenazado por un alud de rocas regresarán a sus casas
Evacuados en Brienz hace un mes por temor a un deslizamiento que finalmente no ha sido tan grave
Los bloques se han quedado a decenas de metros de las viviendas
REDACCIÓN / AGENCIAS
Los vecinos de la localidad suiza de Brienz, evacuada hace más de un mes ante el peligro de quedar enterrada por las rocas de una montaña cercana, podrán regresar a sus casas a partir de la próxima semana después de que el deslizamiento finalmente se produjera pero no afectara al perímetro urbano.
A partir del lunes, 26 de junio, los vecinos de la aldea alpina de 120 habitantes, en el cantón suroriental de Grisones, podrán comenzar el retorno, una vez finalizado el deslizamiento, que la semana pasada movió 1,2 millones de metros cúbicos de rocas pero se detuvo a unas decenas de metros de las viviendas más cercanas al monte.
Los geólogos habían advertido de que el pueblo corría peligro, lo que motivó que el 12 de mayo fuera completamente evacuado, aunque en las últimas semanas se permitieron breves visitas puntuales de los vecinos a sus casas para recoger sus pertenencias más valiosas.
Durante el periodo de evacuación la aviación civil suiza ordenó en el área afectada una zona de exclusión aérea de 3.500 metros de altura y 3,5 kilómetros de radio en torno a la zona.
No es la primera vez que un deslizamiento de tierra y rocas amenaza a un pueblo en los Alpes suizos: en 2017, un desastre de este tipo obligó a evacuar a 200 vecinos del pueblo de Bondo, también en Grisones.
En aquella ocasión se precipitaron ladera abajo tres millones de metros cúbicos de roca, causando pérdidas económicas a la localidad de más de 40 millones de euros y atrapando a ocho montañeros que nunca fueron enterrados.
La peor catástrofe de este tipo en la nación centroeuropea se remonta a 1806, cuando un deslizamiento de 40 millones de metros cúbicos de escombros enterró a 457 personas y cientos de cabezas de ganado en el cantón central de Schwyz.
Los geólogos consideran que entre un 6 y un 8% del territorio suizo es inestable, aunque las áreas de riesgo son frecuentemente controladas y las evacuaciones pueden organizarse a tiempo.