Este miércoles se celebraba en Madrid una protesta vecinal contra la inquiokupación sufrida por María Luisa en Carabanchel Alto y hoy conocemos de primera mano otro caso muy similar en Villaverde Alto. Es el caso de Gema Uceda, que lleva denunciando la situación de "okupación" del que era el piso vacío de sus padres desde hace casi cuatro años.
Gema quiso "actuar con toda la buena fe" cuando cedió el piso a una amiga de la familia que estaba "en una mala situación" y que le pagaría un "módico alquiler mensual" por los gastos. El problema comenzó cuando, después de 7 años en acuerdo, la inquilina dejó de pagar y se negó a abandonar el piso. "Nos prometió que si lo vendíamos, se iba", declara Gema.
Esto no sucedió y Gema sigue esperando "un juicio que no llega" porque "están desesperados": "Hemos tenido que devolver la señal de la venta del piso porque le dimos cuatro meses para irse antes de venderla y dice que no se va. No nos paga nada, queremos recuperar nuestra vivienda".
"Ya no sabemos qué hacer ni dónde ir, no sale el juicio y yo no tengo por qué pagar un abogado...si es mi casa", relata. Según Gema, la "inquiokupa" "se permite el lujo de rechazar alternativas porque no le gusta el sitio donde se lo han dado". Además, denuncia que no pueden cortarle "ni el agua ni la luz", que siguen pagando, "solamente tenemos la impotencia y no sabemos por qué la justicia es tan lenta".
Ricardo Brazo, de Plataforma Afectados por la Okupación, lamenta que "hoy por hoy no hay forma de resolverlo porque los servicios sociales derivan la responsabilidad a otros organismos y no dan una solución". Explica que "si se rechazan las alternativas habitacionales pierden la prioridad pero sigue el problema".
"Confié en ella", expresa Gema, "pero ahora estamos pasándolo muy mal y ya solo queremos recuperar la vivienda".