En el mundo digital, una tendencia preocupante ha comenzado a ganar fuerza: el uso y promoción de productos falsificados por parte de influencers. Según datos recientes, los precios accesibles y la creciente calidad de las imitaciones han contribuido a que este mercado ilícito prospere. Pedro Mir Bernal, experto en comportamiento del consumidor de ISEM Fashion Business School, analiza esta tendencia y sus implicaciones.
“Estamos viendo varios fenómenos que favorecen el aumento del consumo de las falsificaciones”, comenta Mir Bernal. "Por un lado, la mejora de la calidad de la falsificación, ya se comercializan como réplicas, incluso en algunas plataformas las puedes ver denominadas como 'clones'. Ha mejorado la calidad de la falsificación, muchas veces haciendo difícil la diferenciación entre el original y la copia". Además, señala que la accesibilidad a estas copias ha aumentado gracias a plataformas digitales y comunidades en aplicaciones como Telegram.
La influencia de las redes sociales en la propagación de falsificaciones es significativa. Por ejemplo, la búsqueda de nombres de ciertas aplicaciones de imitaciones en TikTok puede generar más de veinte millones de resultados. Aunque las políticas de estas plataformas prohíben la promoción de productos que violen derechos de propiedad intelectual, los vendedores y compradores utilizan enlaces ocultos y grupos privados para intercambiar información y completar transacciones.
Perdidas millonarias
Un estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) reveló que las empresas europeas perdieron aproximadamente 50.000 millones de euros el año pasado debido a la venta de productos falsificados, con la moda y la perfumería como los sectores más afectados. La tendencia ha llevado a que las apps asiáticas especializadas en este mercado aumenten su facturación en un 26% durante el último año, impulsadas en gran parte por la promoción que reciben en redes sociales.
Mir Bernal, destaca en una entrevista a El País, una notable aceptación entre los jóvenes hacia las falsificaciones: “Son jóvenes que exhiben abiertamente sus artículos de lujo falsificados, particularmente bolsos, sin tapujos. Esto rompe con el tabú tradicional en torno a las falsificaciones, refleja un cambio significativo en la actitud de la Generación Z hacia las marcas y el consumo”. Según un estudio de The Business of Fashion y McKinsey&Co., un 54% de los jóvenes encuentra aceptable que otros lleven falsificaciones, y un 37% admite que las lleva o llevaría.