No hay mejor indicador de la explosión de contagios derivados de la variante Ómicron que los números de ventas de artículos de protección tan imprescindibles para la autoprotección como las mascarillas FPP2 y FPP3 Y de analgésicos como el paracetamol, cuando empiezan a experimentarse los primeros síntomas.
Y en este sentido queda claro que los contagios han golpeado a buena parte de la población a tenor de las ventas de mascarillas de estos dos modelos que se han incrementado hasta en un 642% entre los meses de noviembre y enero, tanto a nivel nacional como en la Comunidad de Madrid.
En cuanto al paracetamol hay que decir que sus ventas se han incrementado en más de un 60%. Las razones son claras para los expertos: Ómicron es una variante altamente contagiosa contra la que nos hemos querido proteger todos.