La Plaza Mayor de Madrid es uno de los puntos más bulliciosos de la ciudad. Pero… ¿sabías que antes era una laguna? En el siglo XI, el lugar donde está la céntrica plaza madrileña lo ocupaba la laguna de Luján. Por aquel entonces, esta zona estaba a las afueras de la ciudad, a extramuros.
En el siglo XIII la laguna desapareció y se convirtió en la Plaza del Arrabal. Este nombre se debe a que, los nuevos barrios que se formaron bajo el reinado de Juan II, se conocían como “el Arrabal”. En sus comienzos, la plaza era totalmente distinta a como la vemos hoy en día: irregular, sin empedrado y abierta.
Ya en aquella época, la plaza acogía un mercado, como lo hace ahora con el popular mercadillo de Navidad. Los soportales de madera de las casas de entonces, muy diferentes de los de ahora, acogían a los mercaderes.
¿Y cuándo se convirtió la plaza en un símbolo de Madrid? Ya en tiempos de Enrique IV cobró importancia, al cambiar el lugar de celebración de la feria anual a la Plaza del Arrabal. Aunque fue Felipe II el primero en fijarse en la morfología del lugar al solucionar el desnivel de la plaza.
El diseño actual de la plaza se construye entre 1617 y 1619 bajo el reinado de Felipe III. Solo dos años para construir una plaza con cinco pisos que… ¡se veía desde todo Madrid! Estas prisas se debieron a que en 1620 se inauguró por todo lo alto con motivo de la beatificación de San Isidro. Una gran fiesta con carrozas, carruajes y estandartes que confluía en la Plaza Mayor.