Cada vez más comunidades vecinales se ven obligadas a vivir el calvario de tener por vecino a alguien que sufre síndrome de Diógenes.
Basura, bichos, alimentos putrefactos, colores insufribles e incluso excrementos. Todo esto padecieron varios vecinos de esta vivienda en Morata de Tajuña.
En Valdemoro, los vecinos han tenido que soportar también esta situación más de dos años. Su edificio se llenaba de cucarachas, ratas y todo tipo de bichos.
Eso sin contar con los olores que tiraban hacia atrás a cualquiera que simplemente pasara por el portal o las denuncias desesperadas por el miedo a que ocurra algo todavía más grave.
Un incendio como el que se llevó la vida de un hombre de 90 años en Pozuelo de Alarcón. Pero también en San Blas o en Aranjuez.
El primer paso es comunicarlo al administrador del edificio y denunciarlo al Ayuntamiento. El síndrome de Diógenes es una enfermedad, el Ayuntamiento se encarga de enviar a Servicios Sociales para hacer una inspección de la situación.
También hay empresas especializadas en este tipo de casos. Felipe Raga, es socio de una de ellas. Limpian casas de personas con Diógenes y también ofrecen apoyo "a través de una red de psicólogos que con las que tenemos una serie de acuerdos dependiendo de la ubicación geográfica y el tipo de patología".
Nos explica que se trata de "un proceso in crescendo" en el que hay distintos niveles. Recomienda actuar antes de llegar a extremos dramáticos como los casos con los que abríamos estas líneas. "si somos un vecino un familiar o un amigo podemos ver cuando visitamos a esta persona que está empezando a tener un comportamiento irregular"
En ese momento se puede tratar a esa persona para evitar llegar a una situación crítica. En el caso de sobrepasar ese punto ya "tenemos que intervenir especialistas".