El Museo Sorolla, fue la casa del gran pintor valenciano Joaquín Sorolla. Allí podemos disfrutar de una gran colección de sus pinturas. La periodista Amaya Rey, nos cuenta algunas curiosidades del pintor. Sorolla, que era huérfano desde los dos añitos, comenzó a pintar desde muy pequeñito.
De adolescente, Sorolla trabajó en el taller de uno de los fotógrafos más famosos de Valencia, coloreando fotografías. La experiencia allí le cambió la vida. Por un lado, desarrolló una mirada fotográfica que marcó su pintura. Por otro, conoció a Clotilde, la hija del fotógrafo, que enseguida se convirtió en su esposa. Su carrera como pintor fue imparable. A finales del XIX, se instaló en Madrid con su mujer. Sus cuadros le dieron para comprar este solar a las afueras de la villa y aquí construyó esta casa.
A lo largo de su vida, Sorolla pintó casi 5.000 cuadros. Vivía para pintar. Pintaba sin parar, desde que se levantaba hasta la hora de la cena. Solo paraba para comer y para echarse la siesta. No le gustaba que le molestasen. Solo la enfermedad le apartó de los pinceles. A los 57 años sufrió un ictus y, tres años después, murió con 60 años. Su legado sigue presente. Invitamos a todo el mundo a que se anime a visitar este museo, para recrearse con sus magníficas pinturas y conocer cómo vivía Sorolla.