La dieta blanda se basa en nutrientes que no sean agresivos con el sistema gastroduodenal. Así, conviene evitar frituras y alimentos grasos, chocolate, bollería, café, alcohol, bebidas carbonatadas, especias, picantes y también el tabaco.
El arroz blanco, la patata cocida, el pescado blanco hervido, la tortilla francesa o los plátanos maduros son algunos de los alimentos que están permitidos, es decir, aquellos que sean astringentes y no tengan fibra.
Por el contrario, hay que evitar hasta nuevo aviso el chocolate, los productos de repostería, la fruta con piel, los cereales integrales o las verduras de hoja verde. Al igual que las bebidas carbonatadas, el té, la cafeína y los zumos de frutas envasados.
Recomendaciones:
- Comer pocas cantidades varias veces al día
- Que la comida esté tibia
- Cocinar con poca sal, sin condimentos y con poco aceite
- Masticar bien y comer despacio
- Reposar un rato tras las comidas