Hay pocos lugares que todavía conserven el regustillo de las cocinas de antes. Pero en Pinilla de Buitrago, en el Valle Medio del Lozoya, se ha detenido el tiempo y el espacio, porque aquí los sabores son de barro y lumbre.
Nuestra compañera Estefanía Masó ha visitado el restaurante Groucho, donde le han dicho que, si quiere conocer los sabores de antes, que venga a este lugar. ¿Qué será lo que nos encontraremos aquí?
“Tenemos una parrilla de leña y carbón”, nos cuenta Floro, dueño del restaurante Groucho. Pero eso no es todo, porque también nos ha acompañado en un viaje a hace 150 años para enseñarnos la verdadera técnica tradicional que utilizaban nuestros abuelos para cocinar.
Se trata, nada más y nada menos, de… ¡La cocina económica! “Esto tiene unas salidas de agua por donde los conductos de la calefacción, al mismo tiempo que calentaban la comida, calentaban el hogar”, explica Floro.
En el restaurante la utilizan con leña de encina, “lo que da el sabor de la madera”, o con carbón de encina. “Le da otro toque a la comida: lo antiguo, el sabor, el olor… Algo diferente”.