Se parecen tanto como a una castaña. Si se conduce lento, se van pisando. Y, hasta que no seas padre, no los comerás. Hablamos, cómo no, de los huevos. Pero ojo, porque en este programa venimos a probar un huevo totalmente diferente.
En este establecimiento llevan catorce años preparando huevos exóticos. ¿Y de dónde viene esta idea de ser diferentes? “Tanto mi mujer como yo hemos viajado mucho y hemos probado muchas cosas. Como no somos raros, pensamos que a la demás gente también le va a gustar”, nos cuenta Javier, unos de los propietarios.
Aquí, en pleno barrio de Vallecas, podemos encontrar huevos de avestruz, de oca o de emú, un ave originaria de Australia que puede alcanzar los dos metros de altura.